¿En qué se parecen un niño
gritando como un poseso, una campaña de posicionamiento SEO, un marido
regalando flores a su mujer y un cliente poniendo una demanda? No es un chiste...
Quitemos que el niño es un maleducado, el que la campaña SEO pueda ser mejor o
peor, que el marido reclame atención para decir “te quiero” o para pedir perdón
y que el cliente tenga o no tenga razón (a veces no la tiene); todos están
reclamando atención.

La atención es un mecanismo de
supervivencia, y no sólo es humano. Animales y hasta insectos centran su “atención”
sobre objetos en movimiento brusco por ejemplo. El principal motivo es
identificar una amenaza. Si bien es importante el mantener la atención sobre
posibles amenazas, más importante es llamar la atención. Desde el mismo momento
de nacer, antes incluso de detectar esos posibles peligros, intentamos atraer
la atención sobre nosotros. Queremos que nos den de comer, que nos limpien y
den confort, pero sobre todo, necesitamos que nos den cariño.

El mundo está lleno de estímulos
y aunque somos conscientes de muchos, sólo somos capaces de centrar nuestra
atención en unos pocos hechos u objetos, esto es básico para determinar nuestra
realidad. En una misma escena varias personas pueden percibir distintas
realidades en función de dónde centraron su atención. En esta realidad
intentamos destacar para formar parte de la misma.
La atención es por tanto limitada
(Amplitud), sujeta a nuestro interés ya que no vivimos igual una amenaza que
algo bello. Despierta distintos sentimientos (Intensidad). Cambia con facilidad
en unos casos y en otros no, su duración es variable (Desplazamiento) Y lo más
importante, es controlable, todo lo anterior se puede regular por la voluntad
(Control).

Estas características pueden
verse alteradas y controladas por factores externos. Influye la intensidad del
estímulo (Más o menos intensidad, más ruido, silencio; de hecho se utiliza para
llamar la atención sobre una parte de un discurso, por ejemplo). Incluye el
cambio y el contraste (Pasar de hablar con normalidad a marcar con lentitud las
palabras, otro ejemplo a nivel de oratoria); también el tamaño (No es lo mismo
andar por la calle y encontrarte con una pegatina en una farola para vender
algo que ver una inmensa lona colgando de un edificio) La repetición (Si pasa
un extraño por delante de ti, no le prestas atención, si pasa diez veces en una
hora puede hacer que llames a la policía. Los anuncios son repetitivos) El
movimiento (si has estado en el ejército sabes que el mejor camuflaje es el
estar inmóvil, pasar inadvertido) Lo comprensible, lo estructurado (un examen
limpio y bien estructurado o una presentación empresarial, atrae y mantiene más
la atención). La prescripción del grupo (Si alguien conocido nos recomienda la
compra de un coche porque ha tenido buenas experiencias, centramos nuestra
atención en esa marca o modelo); en esto se basan cada vez más ciertos modelos
de negocio, sobre todo por internet, en los cuales, los usuarios valoran y
aportan sus comentarios.

También los factores internos
influyen en nuestra atención. Así algo que afecta a nuestros sentimientos como
la enfermedad de un ser querido, centra toda nuestra atención (Emoción) o si
está relacionado con lo que nos importa (el discurso de un político atrae más
que el de otro) (Intereses) o estar inmerso en resolver un problema y surge
algo en internet que te da una orientación (Curso de tu pensamiento). Tu estado
físico es también determinante, el cansancio hace más difícil el centrar y
mantener la atención; así, el primer anuncio de una tanda es el más deseado.

El Marketing y la Venta se
centran en la atención, en atraer la atención del consumidor. Una vez que se
selecciona el público objetivo, se estudian y definen todos estos factores que
captan la atención para el grupo (individuos que comparten una serie de
características comunes) y se apela a la emoción (sobre todo anuncios en la
época de navidad), la repetición (hay productos que los vemos hasta en la
sopa), etc. Diréis que es manipulación, y en algún caso puede serlo. Si es
manipulación, como decía una amiga blogera, “la mentira no puede mantenerse
eternamente, en algún momento se nota” y si no que se lo pregunten a esas
parejas que mientras dura el noviazgo todo es perfecto y luego la cosa cambia
radicalmente; o cuando vendemos una expectativa comercial y luego no la cumples.
La publicidad negativa es mucho peor.

Demos la vuelta y pensemos que
somos nosotros los que recabamos la atención. Somos expertos, al principio he
comentado que era nuestra primera línea de defensa nada más nacer. ¿Quién no ha
utilizado estos factores con distintas técnicas cuando era pequeño, cuando era
adolescente, con la novia/o, en el trabajo, con los amigos y conocidos? Lo
hacemos constantemente. ¿Cuántas veces, cuando hemos demandado atención y no la
hemos conseguido, hemos dicho?: ¡Es que parece que no existo! Y efectivamente,
cuando no consigues atención no te encuentras en la realidad que los demás
construyen. Tú eres consciente de tu existencia pero los demás no. ¿De qué te
sirve tener un producto o servicio genial si nadie sabe que existe? A todos los
niveles, y desde que el mundo es mundo, nos estamos “vendiendo”. Intentamos
llamar la atención sobre el resto de estímulos para que esa atención se centre
en nosotros. Llamadlo Branding, Marca Personal, o como queráis. En parte tu eres
el responsable de definir quién eres y cuáles son tus cualidades que quieres
destacar. Identificas qué defectos tratas de ocultar, mientras rezas para que
no se noten mucho e intentas mejorar. Seleccionas a quién quieres gustar (sobre
quién llamar la atención), porque tienes que tener claro que no se puede gustar
a todo el mundo. Por último, quieres mantener la atención, haciendo que ese
esfuerzo de mantenerla, merezca la pena. Da lo mismo si somos personas o
empresas, todos buscamos la atención, el que nos quieran, padres, hijos,
parejas, el personal a tu cargo, clientes, bancos,… y todos queremos mantener
esa atención porque nos duele que dejen de centrar la atención en nosotros, que
nos dejen de querer.

Vayamos un poco más allá. Hemos
visto que la atención es un concepto fundamental y primario para nosotros, está
incrustado en nuestro ADN, por tanto, su refuerzo es posible que sea el más
importante para el ser humano. Centrar la atención es un acto voluntario,
centrarla sobre alguien es decir: “En este momento eres lo más importante para
mí” Por eso cuando un padre presta atención a una actividad que a lo mejor no
tiene un interés por la propia actividad, la tiene porque inciden
principalmente características como la Emoción (quieres a tu hijo y quieres que
se sienta importante) o el Interés (porque hay pocas cosas que te interesen
más). Dejemos aparte los externos como los gritos de ¡Papá! ¡Papá! ¡Mira!...

La forma en la que prestamos
atención a los demás es la ESCUCHA. Muchas veces se confunde la atención al
cliente con dar servicio. Dar servicio es posterior, antes hay que escuchar,
conocerle, saber lo que quiere e incluso anticiparse. Cuando tiene un problema,
lo que más reclama es que le escuchen, que entiendan su problema, que empaticen
con él. La escucha no es sólo estar callado cuando nos hablan, es conectar con
el otro, hacer ver que es importante para ti, que lo que le pasa lo sientes y
eres partícipe. He oído a muchas personas decir de grandes personalidades, que
cuando hablas con ellos/as te hacen sentir la persona más importante del mundo
en ese momento. Estas personas quedan “enamoradas” de la otra persona. ¿Quién
no quiere enamorar? ¡Es la máxima atención sobre ti! Esta es la respuesta, la
mejor forma es centrar toda tu atención sobre el otro. Que se sienta también
importante.

Necesitamos nuestros momentos de
gloria, podemos hacer que sean pasajeros, utilizando distintas técnicas.
Podemos tirar un petardo y todos volverán la cabeza, pero será un segundo.
Escuchad. Escuchad para enamorar, no hay mejor manera de existir. Hasta cuando
no existas, seguirás existiendo en la mente de los demás.
Diego Lias
Muy buen artículo. Con él nos indicas la importancia de prestar atención al mundo que nos rodea. Percibimos, a través de los sentidos, las sensaciones que motivan nuestros actos posteriores. La cualidad de ESCUCHAR no existe en todas las personas, y es bueno que se fomente para entender a los demás; todo lo contrario que enseñan algunos programas televisivos en los que el "guirigay" se aplica, llegando a los espectáculos más denigrantes. Y todo porque ninguno escucha a los demás.
ResponderEliminar¡ Enhorabuena !. Te leo todo lo que escribes y me gusta tu visión de las cosas, que algunas veces me hacen reflexionar sobre mis ideas preconcebidas. YO TE ESCUCHO.
Te agradezco mucho tu comentario. Es la mejor manera de saber si hay alguien al otro lado. Sólo por tu comentario ha merecido la pena escribir. Gracias por ESCUCHAR. Un abrazo
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