martes, 23 de diciembre de 2014

MENOS MAL QUE NOS LO PASAMOS BIEN


Hace unos días, la mayor parte del departamento tomamos un café después de la comida de Navidad. El ambiente era distendido y se habló de muchas cosas. Aunque habíamos comido, salió el tema recurrente de la cocina y las mil formas de preparar esto o aquello. Qué nos gustaba más o qué teníamos que comernos siempre en Navidades que no nos gustaba. Lógico, dadas las fechas. También se habló sobre lo aburrido que podía llegar a ser el trabajo de finanzas y administración. Alguien comentó: “¡Menos mal que nos lo pasamos bien!”. Fue una de esas frases, dicha entre otras, que me dejó fuera de la conversación. Resonaba como un eco. Cuando cada uno de nosotros nos fuimos a nuestras casas, la frase me seguía rondando la cabeza.

Normalmente leemos y escribimos sobre situaciones apasionantes, vidas que sólo les ocurren a algunos pocos. (Habría que ver si todo el rato fueron apasionantes) Tu vecino te dice que sus hijos
son perfectos, es la bomba en el trabajo y no sé cuantas cosas más. En los artículos y en los blogs se habla de los líderes, las personas fuertes de carácter, trabajos deslumbrantes… Nada de esto, de forma pura, es real. No os engañéis, todos tenemos vidas imperfectas. El trabajo puede ser en algún momento aburrido, o estresante, o desagradable. Los hijos parece mentira que se eduquen en la misma casa. Ninguno es igual y es complicado educar. A veces no estás fino al hablar o no lo está tu mujer, o los dos, que es peor… Eh! El mundo no es perfecto, pero menos mal que nos lo pasamos bien.

Cuando empecé a trabajar en auditoria, me sorprendió ver el ambiente de trabajo en los equipos, había mucha tensión por las fechas de entrega, pero en general eran muy corrientes las bromas y las risas. ¿Los auditores? ¿Esos muermos serios? Los mismos. Me encanta que se trabaje con bromas, dentro de un orden. Nunca he entendido a la gente que no soporta que se ría en la empresa. No sólo hay que permitirlo, si no que a veces hay que iniciarlo para romper un momento de tensión, por ejemplo. Otras veces se desmanda y es muy importante la forma de cortarlo. Ha de ser distendida, incluso haciendo la última broma dando a entender que, en otro momento, se permite.

Una de las formas más importantes de motivar la conducta humana de forma positiva, es la búsqueda del placer físico o espiritual. Por eso “pasarlo bien” es tan potente. Los estímulos físicos y mentales que producen las risas y en definitiva “pasarlo bien” son el contrapeso a nuestras frustraciones, la ira, la agresividad… Es el recurso más importante para lograr el equilibrio emocional. Por eso necesitamos vacaciones o reírnos con los amigos. Dentro del día también necesitamos “micro vacaciones”. Cuando nos permitimos el “pasarlo bien”, somos capaces de eliminar los nervios, las tensiones, los pensamientos negativos, los conflictos, nos hacemos más propensos a sonreír, además es contagioso y nos conecta a los demás. Genera un estado de ánimo que hace que se afronten mejor los problemas y se generen mejores ideas para superarlos. Eleva el sistema inmunológico, disminuye en un 40 % la posibilidad de tener un infarto… ¡Que se quiten las pastillas! Freud, Minsky, Bono, Berk, Estudios de la Clínica Mayo, de Unitika en Japón y otros muchos han definido y estudiado los beneficios.

“La alegría no está en las cosas, sino en nosotros” Richard Wagner. El trabajo no es lo que te hace feliz o desgraciado, eres tú y tu actitud la que te hace feliz. Son los demás los que te hacen feliz y eres tu el que hace felices a los demás.  Son las bromas, los chascarrillos, las sonrisas que intercambiamos con los demás, la actitud positiva que se comparte y se contagia. Son las pequeñas cosas. No las grandes vidas que nos venden y que nadie tenemos. El ambiente alegre lo hemos creado todos. Todos participamos, cada uno de nosotros es responsable de haberlo creado y de mantenerlo. No se hace sólo. También tenemos nuestros problemas dentro y fuera de la empresa, como todo el mundo. Pensándolo bien, muchos menos problemas que el resto de la humanidad. Hablamos de qué nos gustaba o no para comer, cuando hay gente que no comerá; y si el trabajo era a veces aburrido o no, cuando hay gente que no tiene trabajo.





No penséis que están de juerga todo el día, son auténticos profesionales. Satisfechos y orgullosos de hacer bien su trabajo. Un trabajo minucioso, a veces repetitivo y silencioso. Sin medallas. No tienen vidas perfectas, pero están motivados y sonríen.

La hora de la cena es una hora de chascarrillos y bromas, de compartir lo del día, de sonreír. Hacemos mucho el tonto. Mi hija siempre dice que nos va a grabar y subirnos a internet para hacerse rica.  Lo que me rondaba por la cabeza cuando me fui a casa, era que alguien, una vez más, me había recordado algo: “el mundo no es perfecto, menos mal que nos lo pasamos bien”.

Feliz Navidad a todos


Diego Lias

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, Diego, suscribo toda tu reflexión. Yo también estoy convencida de que nuestra predisposición es mucho más importante que el entorno. Si quieres conocer un caso real de empresa que ríe, te dejo el enlace:
    http://editaolaizola.blogspot.com.es/2014/07/empresas-que-rien.html

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  2. ¡ Vaya ! que buen artículo para estas fechas.
    El comportamiento de un equipo dice mucho de su jefe, para lo bueno y para lo malo. En este caso, las personas que actúan tan positivamente en el ámbito de lo individual y colectivo, nos demuestran que se puede dirigir un equipo de personas como personas y no como números meramente. El ambiente de trabajo, como dices, da felicidad a los que trabajan en armonía, haciendo que se sientan como en familia, dentro de cada una de sus responsabilidades.
    El que se pueda comentar en familia, al final de la jornada, lo vivido, relaja las tensiones lógicas, en ocasiones estresantes, y ayuda al descanso merecido.
    ¡Enhorabuena a ese equipo y FELIZ NAVIDAD!

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    1. Muchas gracias por tu comentario. En mi opinión, el jefe es el que puede negar, ser neutro o facilitar el ambiente, pero no es el que lo genera. Tiene capacidad de generar el mal ambiente con más poder que alguien del equipo, pero no de generar el bueno por sí sólo. Como he dicho, es el equipo el que lo genera, cada uno contribuye. Muchas veces les oigo reír o gastarse bromas desde mi despacho y yo no participo (de verdad que me encanta oírles), en otras sí que participo, en otras ocasiones nos visitan personas de otros departamentos y participan. Lo bueno es que es contagioso. La persona más tímida del equipo, ya hace sus propios comentarios y he notado un aumento de la confianza en sí misma. También tenemos nuestros malos momentos, pero es sólo trabajo, no es personal y el ambiente hace que se pasen antes o incluso que nos echemos una mano sin necesidad de pedirlo. Tengo un buen equipo profesional y humano.
      Tienes toda la razón, no son números. También es muy importante llegar a casas y estar bien. Si tienes problemas en la oficina y en casa estas bien, lo llevas mejor, pero cuando es al contrario, es peor (en mi opinión). Gracias, has sacado varios temas.

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