¡Cuántas situaciones hay en la
vida en las que hay que sacar fuerzas de donde no las hay! La crisis nos ha
traído unas cuantas a nivel empresarial y personal. Al borde del desaliento,
levantándote una y otra vez a pesar de los golpes. Caída de ventas, reducción
de márgenes, morosidad, encima ahora te retiran la financiación, miedo,
personal con más miedo. Se abren los frentes uno tras otro. Tapas una via de
agua y aparece otra. Tomas aire y sigues. Asuntos entre el mundo profesional y el
personal, como el despido o el acoso. No digamos ya en el ámbito personal,
problemas grandes y pequeños que se van amontonando. El peso se hace
insoportable y parece que tira de ti, que te hunde. Haces “de tripas corazón”,
para que en el trabajo, en casa, no noten tu estado de ánimo e incluso les animas
tú a ellos… sigues tirando. Una vez más,
has sacado fuerzas de donde no las hay.
Cuando alguien no consigue sacar
fuerzas de donde no las hay, puede caer en una depresión, tirar la toalla, no
asumir el error o el golpe, aislarse o que lo aíslen, no querer ni oír hablar
de todo lo bueno que le rodea. En un estudio liderado por el Dr. Thompson en la
Universidad de Maryland en el que sometió a un grupo de ratones a situaciones deprimentes
que generaban indefensión, los ratoncitos entraban en depresión renunciando a
esforzarse porque todo era inútil. Les aplicaron fármacos antidepresivos, con
serotonina, fundamentalmente y descubrieron que en los ratones que no mejoraban
su estado depresivo, sus circuitos neuronales no habían asimilado la serotonina.
Thompson asemejaba el incremento de serotonina a hablar alto en una discoteca,
si no te llega, da igual que grites. Gente como el Profesor Martí Ramírez de la
Universidad Complutense de Madrid huye de la simplificación, hablan de “modelos
de neuromodulación”, vamos, que tenemos tantas cosas en la cabeza que influyen y
varían de un individuo a otro que pensar que por la química alcanzamos la
felicidad es un poco simplista. Cuando te disgustas puede desaparecer el
apetito, de igual manera, a tus neuronas puede no apetecerles la hormona de la
felicidad.
La química se nos queda corta,
necesitamos algo más. La motivación, lo que toda la vida se ha llamado
“voluntad”: “Un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta”
(Anita Woolfolk) Hay tantas motivaciones como personas y circunstancias. Tantos
libros, teorías, aplicaciones. Aplicaciones dentro y fuera de la oficina. Desde
el punto de vista filosófico, psicológico, pedagógico… La recompensa o el
castigo. Maslow, Herzberg, Locke, McGregor, Vroom, Porter y Lawler, Galbraith,
Alderfer (Entre los pensadores modernos) Platón, Aristóteles… (Entre los
clásicos) En mi opinión el problema es el “mantiene”. Recientes estudios están
llegando a la conclusión de que la voluntad tiene un límite, que la energía
tiende a gastarse. ¿Qué hacemos? ¿La guardamos? Almacenar energía también gasta
energía y termina disipándose. Las pilas, de no usarse, se gastan. ¡Pilas
recargables! ¿Pero con qué?
La Felicidad, estado emocional
que proporciona paz interior, estimula el enfoque positivo, y la motivación, da
satisfacción y alegría, nos predispone a compartirla con los demás, se
trasmite, es contagiosa... La felicidad no es tener eso, ni ser eso, ni estar
allí. Es un estado emocional que
proviene del interior, eres tú quien decide ser feliz o no ante un estímulo.
Depende de tu actitud.
La actitud es ser optimista. Tali
Sharot en una entrevista concedida recientemente a E. Punset viene a decir que somos
optimistas más por intuición que por la razón, que tenemos un “sesgo optimista”
sobreestimando las experiencias futuras positivas, creemos ser mejores que los
demás y además tendemos a pensar que los motivos son fundados. Parece que en
general nos “venimos arriba” cuando somos optimistas, eso sí, distorsionando un
poquito la realidad. Irreal a veces, ¿pero no nos hace eso superarnos a nosotros mismos? Un
optimista no es el que se cree mejor que los demás y dice “El ascenso es mío,
soy mucho mejor que …” Luego, cuando se
lo dan a otro, se hunde en la miseria y en la envidia. El optimista acepta el
golpe (no hay vuelta a atrás) y lo ve como una nueva posibilidad, dejando atrás
ese golpe. “He hecho todo lo posible, quizás no era mi puesto y el que es para
mí está fuera esperándome”, redefine su estrategia para el próximo objetivo. Es
más posible que mejore en su carrera el optimista que el que no lo fue.
La vida es un sinfín de cosas
buenas y malas, nos solemos fijar en las malas. Si vemos un grupo de jóvenes en
una estación de tren rompiendo cosas y armando un buen jaleo, nos fijamos en
ellos. Incluso escucharemos algún comentario de “cómo está la juventud”, y no
es cierto, probablemente hay muchos más jóvenes en la estación y su
comportamiento es responsable.
“Sacar fuerzas de donde no las
hay” es una “mier…” de frase. Solo dice que has superado un obstáculo agotando
las reservas de la pila. ¿Qué pasará con el siguiente? ¿Será el siguiente golpe
el que te mate, el que te convierta en ratón? No estoy hablando de una carrera
corta en la que un poco de dolor se
puede soportar un rato, cuando llegas a la meta termina. Me refiero a La Vida,
que es una carrera de fondo, donde si la ves de forma negativa no terminará
nunca el dolor porque siempre habrá algún problema.
Hagamos el proceso al revés de
cómo lo hemos visto. Estás preparado genéticamente para ser optimista, sólo
tienes que empezar a serlo, empieza esforzándote todos los días por ver algo
positivo de lo que te ha pasado o de tu entorno, pronto empezarás a ver más
cosas de las que pensabas. Estás enfocando tu vista, si siempre has estado en
la oscuridad y sales a la luz, te costará acostumbrarte, si insistes, al rato
verás mejor y mejor. Poco a poco serás más feliz y entrarás en la espiral
ascendente, es contagiosa en ti mismo y en otras personas, te acercará a los
demás y los demás compartirán también tu felicidad. Combínalo con motivación o
voluntad y dejará de ser una risa tonta pasajera como la del metro porque
tendrá un objetivo. Hemos visto que motivaciones hay tantas como personas y
circunstancias. Busca las tuyas para cada circunstancia. Definid las que
queráis, pero definid bien vuestras prioridades finales, son a las que os vais
a aferrar cuando las necesitéis. No las olvidéis aunque tengáis otras
secundarias.
Lo demás viene sólo. Generas serotonina,
los sistemas neuronales están predispuestos a aceptarlas y entras en una
espiral ascendente. Ves con más facilidad lo bueno que te rodea, las decisiones
las tomas sin miedo o angustia, lo cual te permite ser más creativo y tener más
opciones,…
Dicen que lo positivo atrae a lo
positivo y lo negativo a lo negativo, ¡cuentos de viejas! La realidad es que
cuanto más positivo seas tienes más posibilidades de solucionar los problemas
simplemente porque tu predisposición y felicidad abren las opciones y aumentan la
voluntad. O te ayuda a pasar página, porque el problema no tiene solución y
tienes que seguir buscando la felicidad. No se trata de que no duelan los
golpes. ¡Claro que duelen! Se trata de cómo se encajan. Todo por empezar a ver
las pequeñas cosas buenas que te rodean, sin coste alguno, salvo hacerlo a
diario.
Diego Lias
Diego ¡cuánto agradezco tus artículos!. Cuando tienes problemas y ves que alguien te ofrece soluciones simples, pero profundas, te das cuenta de que todo tiene solución, menos la muerte. El enfoque que cada uno damos a nuestra vida incide directamente en nuestra actitud frente a ella. El pesimismo no nos conduce a ninguna parte y tu visión positiva nos provoca la reflexión de qué es lo que realmente importa y yo creo que lo que nos propones puede hacernos felices. ¡gracias!.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu regalo, tu comentario es un auténtico regalo. Mi blog no es comercial, escribo para quien quiera leerme sobre lo que me apetece, con la esperanza de que alguna de mis experiencias y pensamientos le sirvan a otros, por lo menos para pararse a pensar cinco minutitos. No soy nadie conocido, me hace muchísima ilusión que me leáis y mucho más que tenga el efecto que me has puesto. Por comentarios como el tuyo me merece la pena el tiempo que le dedico. Parece que el objetivo personal de un blog es que te lean muchas personas (que también gusta), pero si solo me leyera una persona como tú, seguiría escribiendo. Como he dicho, no es comercial y no me pagan por lector. Muchísimas gracias.
EliminarMuy buen post Diego!!.
ResponderEliminarManipular la serotonina puede ayudar artificialmente a algunas personas, pero también corres el riesgo de enmascarar los verdaderos problemas de fondo que le han parado en seco.
¿Estamos mal y como consecuencia dejamos de segregar serotonina o dejamos de generar serotonina y por esta deficiencia en la neuroquímica cerebral y nos deprimimos? ¿Que fue antes el huevo o la gallina?
Soy de la opinión de que se puede intentar equilibrar el cuerpo artificialmente, en un momento dado todo el mundo necesita agarrarse a algo para coger impulso y seguir adelante. Una dosis de medicamentos serotoninérgicos te ayudarán a activarte y sentir que puedes con la vida. Pero antes o después tu problema volverá a ponerse delante y deberás tomar decisiones que serán las que realmente te abrirán las puertas para ver otros caminos alternativos.
Puedes pasarte la vida negando la solución y agarrarte a una felicidad artificial, pero esa opción es mucho mas dolorosa que tener fe en que hay otro modo de encontrar el equilibrio y la felicidad.
Yo opto por ayudar a las personas a equilibrarse a través de sus hábitos, su alimentación (hay alimentos que mejoran la química cerebral y generan serotonina) y su autoconocimiento interior. No es un camino fácil, quizá no es corto, pero te llevará seguro a convertirte en una mejor persona, que ha sido artífice por si misma de su felicidad.!
Hola, estoy metida en la cama desanimada por k parece ser k todo y todos los mi alrededor Estan en mi contra,no encuentro motivo ni ilusión ni ganas para levantarme,para k?para limpiar la casa y hacer la comida a mi familia,y encima s quejen k no les gusta o para k fregas el suelo a estas hirasy k yo tengo k pasar.....para k si nadie valora nada d mi,y para postre esta cárcel por k no se le puede llamar d otra manera a la agorafobia,pero ahora m levanto y por mucho k m cueste voy a intentar ser positiva, ya no tengo nada k perder
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