Hace unos días acudí a un gran
evento en la plaza de toros de Madrid sobre emprendedores: el South Summit.
Recibí un auténtico bombardeo de información e ideas, conocí gente interesante
y pude atisbar su forma de pensar. Escuché a personas de gran éxito a nivel
internacional, jóvenes y no tan jóvenes con proyectos para dar soluciones a
necesidades, unos más imaginativos que otros, unos más viables que otros y
alguno más divertido que otro. Había también debates de expertos hablando,
desde mercados, hasta qué sería lo próximo que veríamos, las nuevas tendencias.
He de decir que la solución para
el estreñimiento me dejó con los ojos como platos, el emprendedor lo expuso muy
bien, teniendo en cuenta el invento y la aplicación, sonreí durante toda la
exposición. Lo comento como tema anecdótico para describir la gran variedad de
proyectos que había y que se expusieron a ritmo de 3 minutos cada uno. Desde
Ingeniería para enviar satélites a bajo coste al espacio, pasando por
soluciones médicas para mejorar la calidad de vida a personas con diabetes,
aplicaciones ingeniosas para teléfonos, etc. Me dejó impresionado una sección
de niños, en especial uno con 12 años que no sólo hablaba el inglés como un
nativo (todo el evento y exposiciones fueron en inglés), lo que más me
sorprendió fue su auténtica profesionalidad al exponer, superó a muchos de los
postgraduados.


Primera reacción ante un fracaso
o una bofetada de la vida: El “Me cago
en Tos” expresión no muy “fina” que se quedó en la familia por una anécdota
de un niño que iba repitiendo para sí mismo esta frase con los puños muy
cerrados por una adversidad. Es la reacción lógica a un revés y por otro lado
muy saludable para sacar lo malo que se queda dentro. No se trata de decírselo
a los demás para desahogarte soltando negatividad, se trata de pasar el duelo,
enfadarte internamente, en definitiva sacar la rabia que lógicamente tienes
dentro pero que no te va a ayudar a continuación.
Segunda: el “Y ahora ¿Qué?” Bueno, las opciones son claras, o te quedas
llorando por las esquinas o buscas nuevas soluciones o nuevos enfoques a tu
vida. No recomiendo llorar por las esquinas, ya lo hiciste en el momento de
duelo, ahí todos te lo aguantan, después no te aguanta ni tu padre. A demás,
esto no lleva a ninguna parte porque no soluciona nada. Así que nada de
carácter, para levantarse no hace falta carácter, hace falta no ser estúpido y
pensar qué aporta levantarte y qué no hacerlo. En este momento deja de mirar
atrás y piensa en el futuro
Tercera: el ¿Cómo? Ahora has tomado la decisión de seguir adelante pero estás
más perdido que un payaso en un funeral. No sabes qué hacer ni hacia dónde ir. ¡Fuera
miedo! Es normal que no sepas que hacer con tu vida, si te pegan un puñetazo
sales atontado. No te preocupes, nada de pánico que no se piensa bien. Cosas
que hacer en este periodo: habla con mucha gente, aprende mucho de experiencias
de otra gente, recurre a familia, amigos, conocidos o extraterrestres. Las
ideas, la ayuda, las experiencias, pueden llegar de cualquier persona, animal o
cosa. Muchas veces de quien menos te lo esperas y cuando menos te lo esperas.
Así que no reduzcas tus posibilidades. Un día todos tus fracasos, experiencias,
conocidos, etc se alinearán como una conjunción astral y empezarás a ver claro
un camino o varios. Explóralos todos hasta ver cuál te lleva a algún lado,
pueden ser varios y que a partir de ahora tu vida sea más rica. (Parece que estoy
haciendo un horóscopo y en realidad es así, estas fabricando tu futuro). Sin
moverte y sin pensar no vas a encontrar un camino, salvo que por pura suerte te
hayas sentado en él (no suele pasar).
Cuarta: La vista atrás. Todos los conferenciantes comentaron que cuando
echan la vista atrás, todo aquello que en su momento no tenía sentido y que
incluso les había hecho daño ahora se les revelaba como piezas fundamentales
para llegar donde habían llegado. Steve Jobs (que ya no se encuentra entre
nosotros) decía que cuando le echaron de Apple, ¡la propia empresa que él había
fundado!, cuando también le cerraron todas las puertas en Silicon Valley, le
pareció el fin del mundo. Reaccionó y siempre comentaba que si no le llega a
pasar esto, no habría fundado Pixar y lo que consideraba más importante, no
habría conocido a su mujer. Volver la vista atrás en este momento es
fundamental porque te das cuenta que cuando tienes un revés no hay que tener
miedo. Todo lo que te ha pasado cobra sentido. A veces la vida te lleva a cosas
mejores de las que habías soñado.

Tengo mis metas a largo plazo que
modificaré según aprenda, soy flexible, pero sobre todo voy a disfrutar del
viaje. Disfrutaré del presente sin estropearlo con tonterías y tendré la
ilusión de qué maravilla me encontraré en la siguiente curva, porque lo bonito
de esta aventura es el viaje y no el destino.
Diego Lias