lunes, 23 de marzo de 2015

MEDIOCRES, EL LODO QUE TODO LO FRENA.



20 de junio de 1898, el crucero USS Charleston, al mando del capitán Henry Glass realiza una andanada con tres de sus piezas frente a las fortificaciones de la isla de Guam, que por aquel entonces se llamaba Guaján. Inmediatamente una barca sale del puerto y sube una delegación. El oficial al mando del puerto se disculpa por no haber podido responder a las salvas de saludo ya que los cañones del fuerte están tan erosionados y son tan antiguos que nadie se atreve a dispararlos ni para salvas; acto seguido les da cordialmente la bienvenida. El capitán Glass le informa que ha venido a tomar la plaza, que Estados Unidos y España están en guerra y que se den por prisioneros de guerra. El último mensaje recibido en Guam por parte de España se recibió el 14 de abril manifestando un posible acercamiento con Estados Unidos. El 23 de abril España declaró la guerra a Estados Unidos tras el bloqueo naval de Cuba. A alguien se le “pasó” avisar. Estupenda historia teniendo en cuenta que los disparos no debieron acertar ni de cerca a nada para haberlos considerado salvas y que el capitán americano logró la capitulación de Guam pero no pidió la de las Islas Marianas, de las que Guam era centro administrativo. Este otro desliz, hizo que vendiéramos el resto de islas a los alemanes posteriormente. Y con esta rocambolesca historia perdimos Guaján y pasó a llamarse Guam, La expedición Magallanes-El Cano descubrió La Marianas en 1512 y las perdimos en 1898, pasando a manos estadounidenses hasta nuestros días como territorio no incorporado.


En el mundo hay algunos mediocres y a veces se juntan. España en 1898 como todos sabemos estaba regida por mediocres en todos sus estamentos. No fueron capaces ni de coordinar el aviso a las colonias (que tampoco eran ya tantas; cuatro: Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Las Marianas).  Los artilleros americanos, tampoco eran “TOP”. Los “pepinazos” serían tan altos que los Españoles ni oyeron el silbido y mucho menos vieron donde cayeron (desde luego no les dieron, si no habrían protestado). El oficial del puerto no había hecho el mantenimiento de los cañones españoles, ni probablemente sus antecesores. El Capitán, parece que en aquel momento no estuvo muy listo y no reclamó todas Las Marianas, aunque llegó a ser almirante, el que años más tarde protegió la “Revolución” de Panamá para independizarse de Colombia con varios barcos. Revolución que posibilitó el poder construir el canal que tanto interesaba a Roosevelt.

Los imperios se hunden cuando los que triunfan son los mediocres. Se empieza a extender la plaga y termina no quedando nadie competente. Hemos visto muchos ejemplos a lo largo de la historia. De la misma manera ocurre en las sociedades y en las empresas. Las familias no son ajenas, de todos es conocida la ley de la tercera generación en negocios familiares, o que si tus hijos son mediocres y no se esfuerzan, no serán más que tú, posiblemente serán menos. Da igual el nivel en el que estés. Ir a por un aprobado, es el suspenso casi seguro. Aspirando a todo lo que puedas, por otras circunstancias, a veces te quedas corto; así que el ir a lo justo siempre te deja por debajo.

Por lo que llevo visto en las empresas y fuera de ellas hay tres tipos de mediocres: Obligados, Convencidos y Acomplejados.

  • Obligados: cuando ves un departamento de personas grises es porque su jefe es gris. Pueden ser personas con grandes ideas, con ganas de aplicarlas, hasta en los trabajos más simples, pero se han llevado tantos palos que piensan que para qué esforzarse. Al que sobresale se le golpea, mejor no sobresalir.
  • Convencidos: en realidad auténticos vagos y cobardes. No toman decisiones, son continuistas. ¿Para qué cambiar? Es un riesgo, siempre se ha hecho así y si nos vamos a la ruina será por el mercado o lo que sea, no porque yo tomé una decisión que pueden decir que fue lo que nos llevó a ello. Estoy cómodo donde estoy. También muchas veces amparados en “como no soy muy importante, si no hago nada no se nota mucho”
  • Acomplejados: Conocedores a nivel inconsciente o consciente de que son mediocres, no pueden soportar a los que les superan. Hacen descender a cualquiera por debajo de su nivel. Si se resiste, es una amenaza y suele terminar en la calle. Aviso a navegantes que hace que si hay algún otro, se convierta en Mediocre Obligado.

Ojo porque es un virus muy contagioso que si no se pone remedio se extiende, los infectados pueden ir saltando de estado. En una consultoría que hicimos en un ayuntamiento había un grupo de funcionarios que posiblemente empezaron siendo Convencidos pero que habían pasado a Acomplejados porque tenían un compañero que hacía lo que tenía que hacer y les dejaba en mal lugar. Lo tenían martirizado con sus comentarios y bromas de mal gusto.

La mediocridad no sólo es mala en sí por su falta de afán de superación, sino porque es la sombra que ahoga el ingenio y el empuje, el lodo que todo lo frena. Las empresas y la sociedad se vuelven inoperativas y las personas una carcasa vacía de la que al final de la vida no ha salido nada. Su principal arma es la calumnia soterrada. No la directa en la que se expone el mediocre, no olvidemos que es cobarde y utiliza al grupo o generalizar para ocultarse en sus ataques.

Todos los mediocres son recuperables, es una cuestión de tiempo y voluntad. Es increíble ver empresas a las que llegas, supuestamente llenas de mediocres. Al dar oportunidades de no serlo, poco a poco y a veces con miedo, surgen verdaderos brotes de ingenio y aportación. Así se recupera a los obligados. Si en un grupo de mediocres metes un par de esforzados ingeniosos, les valoras y les premias, la mayoría de los mediocres empiezan a esforzarse y van a más si se lo reconoces también y les premias. Con eso recuperas a los convencidos. Lo más complicado es recuperar a los acomplejados, es más largo y por convicción. Muchas veces, por falta de tiempo, es mejor extirpar. La forma es mostrar que siempre hay gente que te supera en cualidades y aprender a asumirlo. Wyatt Earp, famoso pistolero del Oeste, decía que siempre hay un pistolero que te supera, que es sólo cuestión de tiempo el que te encuentre y no suele tardar mucho. Es un proceso de reconocer la valía de los demás e intentar mejorar o potenciar otros aspectos propios.


Da igual a que os dediquéis, muchos no llegaremos a que nos recuerden dentro de cien años ¿o sí? Si no se intenta, seguro que no. La mediocridad no está en el trabajo que desempeñes o lo grande que llegues a ser socialmente, los mediocres están repartidos en lo más alto, en medio y en lo más bajo de la sociedad o empresas. Lo importante es que siempre que hagas algo, lo des todo por convicción, aunque no se consigan los objetivos o no se reconozcan. El sentido a tu vida lo das tú con lo que marcas como importante, con agrandar tu autoestima y luchar por lo que vale la pena. No seas mediocre, se grande hasta en las pequeñas cosas.

Diego Lias

4 comentarios:

  1. Excelente artículo. Comparto tu visión. Creo que, de mis treinta años de experiencia laboral, la primera mitad me la he pasado rodeado de mediocres, sintiéndome sapo de otro pozo y con pavor -casi patológico- de contagiarme. La segunda mitad -ya con gente a cargo- me la he pasado tratando de combatirla. Si me estuviera permitido, quisiera aportar una clasificación diferente a la realizada, la cual, no debe contemplarse como excluyente, sino como complementaria a la misma: https://www.pinterest.com/pin/343118065334448374/ Gracias por dejarme compartir estas reflexiones. Saludos cordiales.

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    1. Gracias Andrian por tu comentario y por aportar más. La gráfica me ha recordado al Principio de Dilbert que es una extensión del de Peter "Todo empleado ascienda hasta su máximo nivel de incompetencia" y añada al de Peter "es decir, a la dirección". Es verdad que la calidad de la persona al mando es determinante de la actitud del equipo. Su influencia es enorme. Recomiendo leer cómo transformó Escipión a las Legiones Malditas (libro de Santiago Posteguillo). Los mediocres no están sólo en dirección, están en todos lados, pero en dirección se nota más e influye más. Por otro lado, los artículos son siempre primero de autoevaluación. Todos hemos sido mediocres en algún momento, cuanto más consciente seamos, menos caeremos. Saludos también para ti y gracias

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  2. Enhorabuena por tu artículo, siempre acertado. Creo que en el tema que nos ocupa es primordial la preparación moral y académica de la juventud, desde la infancia. Cada vez se deja más de lado la consecución de la excelencia en aras del número de aprobados, siendo el listón cada vez más bajo. Así, los propios profesores son cada vez menos competentes, al no tener una gran formación que les permita, como sucedía en otros tiempos pretéritos, ser auténticos formadores de profesionales y pensadores. Los pueblos que han propugnado la superación, han llegado al liderazgo internacional en cualquier ámbito. Por tanto, todo pasa por una educación exigente, creo yo.

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    1. Gracias. La educación es un asunto muy difícil. He tenido profesores que han marcado mi vida, otros normales y otros malos. Si preguntas a mis hijas, que no han terminado el colegio, te contestarán lo mismo, de hecho hablamos hace unos días de esto. La vocación y el liderazgo del profesor es fundamental como la dirección en las empresas para tener alumnos o trabajadores mediocres o excelentes. Mis propias hijas con su corta experiencia ya me han dicho que un profesor puede hacer que ames o no una asignatura. Revocar la autoridad de un jefe delante del personal a su cargo es como hacerlo de un profesor delante de sus alumnos. Está pasando, padres que quitan la razón al profesor delante del alumno-hijo creo que no beneficia. Puedes tener diferencias con el profesor pero hay momentos, lugares y formas de hacerlo. Es una profesión muy importante porque crea el futuro y debemos de darles la autoridad, prestigio y reconocimiento necesarios pero también exigir vocación, dedicación y preparación. Hablar del cómo ya es muy extenso y sin dogmas de fe.

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