lunes, 28 de septiembre de 2015

Tecnología, el problema de la solución



“Ayer dejó de trabajar el último humano”. El holograma de un antiguo presentador de televisión que incluso murió hace años, da la noticia. “Antonio Gómez, fue sustituido ayer por una máquina. Con esto se completa la sustitución universal del hombre por la máquina” continúa diciendo el holograma con forma de presentador en el noticiario. 

Parece extraído de un libro de ciencia ficción, pero sería el posible destino final de la carrera tecnológica según las últimas tendencias sobre tecnología y trabajo que se mueven en los medios, si lo llevamos al absurdo. Un libro en especial, “The Second Machine Age” (2014), escrito por dos investigadores del MIT, Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson, así como otra serie de estudios de prestigiosos autores como Carl Benedikt y Michael A. Osborne, o incluso declaraciones del mismísimo Bill Gates (que ha demostrado haber sido un visionario en anteriores ocasiones), nos dan la mala noticia. Se ha generado un gran revuelo. Extendido y magnificado en periódicos y revistas de reconocido prestigio, también en las redes sociales. ¡Dios mío, es el fin del mundo! ¡Cómo nos gusta y cuanto vende el apocalipsis! Si no trabajara nadie porque nos sustituyeran las máquinas, una de dos, o se había terminado el castigo de Dios del trabajo al expulsarnos del paraíso y estamos en un nuevo orden económico mundial (todo es gratis) o no existiría la humanidad. Tampoco las máquinas tendrían sentido porque no habría demanda. Si nos han despedido a todos, ¿quién compraría los productos y servicios? Me gusta llevar las cosas al absurdo, a veces ves las cosas mejor.


Sin embargo, existen otras voces que critican estas tesis, incluso en el MIT como David Autor, que califica el problema de la caída del empleo como un “un gran puzle” o Richard Freeman de Harvard, que lo ve como un “enredo” en el que juegan otros muchos aspectos. Y es que la polémica surge principalmente de correlacionar el empleo con la productividad. McAfee y Brynjolfsson, consideran que tradicionalmente el empleo se incrementaba en relación con la productividad. El que ahora no lo haga, se debe a que la tecnología está sustituyendo al empleo.


Me imagino, cuando inventaron la rueda, a miles de porteadores reclamando la destrucción de la misma porque con un carro se hacía el trabajo de varios porteadores; y además, más rápido y con menos roturas. Esto que me he inventado, es lo mismo que sucedió durante la revolución industrial. En 1779, según la leyenda, Rey Ludd destruyó un telar porque estaban acabando con el trabajo de los artesanos. Aparte de convertirse en un Robin Hood de la época, dio lugar al “ludismo” movimiento contra las máquinas. Claro que si nos hubiéramos quedado con el nombre del de la rueda, se habría llamado de otra forma.

No es el capitalismo, ni otras teorías las que introdujeron las ideas de Eficacia, Eficiencia y Productividad, cuando inventaron la rueda, son conceptos inherentes al progreso. Eficacia: Conseguir metas. Eficiencia: con la menor cantidad de recursos. Productividad: mucho producto o servicio en el menor tiempo posible. La tecnología nos permite dedicar menos recursos para conseguir una meta y además en mayor cantidad. La rueda es tecnología, es una herramienta. Su uso y el uso de los recursos dependen del hombre. Puedes usar la rueda para montarla en un carro de guerra o para montarla en una carreta de transporte. Puedes utilizar a los porteadores excedentes en sembrar, si les enseñas, y así obtener más producto para llevar en el carro; o puedes dejarles a su suerte para que se mueran de hambre o busquen otras cosas que hacer.


La tecnología forma parte del desarrollo humano. Es imparable, salvo que un animal nos meta en una guerra y nos lleve a la edad de piedra. La tecnología bien utilizada, nos hace desperdiciar cada vez menos recursos, aporta mayor bienestar a la humanidad, amplía las posibilidades a la población mundial… ¿Cómo podemos despreciar tecnologías que ayudan en los diagnósticos y decir que harán falta menos médicos cuando una gran parte de la población mundial está desasistida? ¿Cómo se puede criticar un medio que ha enseñado a un niño de un país subdesarrollado a ser un virtuoso de la música simplemente por tener acceso a vídeos de cómo tocar un instrumento. A nivel de empresa, te hace ser pionero, o más eficiente que la competencia. Te ayuda a sobrevivir. A nivel personal te da la oportunidad de que el mundo sea un poco más pequeño. Te acerca a personas, ideas e incluso productos que jamás soñaste. Además hace que cada vez sean más accesibles al abaratar sus costes y precios.


La cruz de la moneda es el desempleo y su mala utilización. Hemos visto en televisión el conflicto generado en muchos sectores por estas reconversiones, minería, altos hornos, agrarias, etc. Y otras muchas que han pasado inadvertidas, ¿A que ya no se ven casi sitios a pie de calle donde alquilar películas? ¿Qué ha pasado en el sector de las agencias de viajes? ¿Dónde está toda esa gente que estaba a pie de calle buscándonos vuelos o destinos? Muchos han sido sustituidos por máquinas y se han tenido que reconvertir para poder sobrevivir. En las reconversiones mediáticas se reconducen mediante formación al personal excedente o lo que suele ser más normal, se les da un subsidio. En otros casos menos mediáticos se las “apañan como pueden”. Es un desperdicio social enorme y un problema a abordar. Las reconversiones irán en aumento, la tecnología avanza cada vez más deprisa y todo se vuelve obsoleto más rápido. Hay empresas que forman constantemente a sus trabajadores (a nivel mundial las menos), otras sólo forman a sus trabajadores “productivos”, dejando a los “improductivos” fuera (gran error). Es una lástima decirlo, pero la autoformación es fundamental para no perder valor en el mercado como profesional y quedar apartado. Aprovechad las oportunidades que dan internet y los libros si no os podéis permitir cursos. Un niño se ha convertido en virtuoso. ¿Por qué vosotros no? Voluntad. 

Este miedo que produce la tecnología a dejarte apartado, hace que incluso a nivel directivo, la oposición al “progreso” sea frontal. Ya seas sustituido por la máquina o porque no te adaptas a su manejo. Los cambios son boicoteados y la empresa pierde el ritmo. La competencia que sí se adaptó, nos sobrepasa. A la larga, todos sin empleo. Hablando hace unos días con un amigo, ahora que parece que estamos saliendo de la crisis, muchas empresas están evaluando a su personal para saber si son flexibles a los cambios. Se están dando cuenta de lo crucial que es para sobrevivir. Personal a sustituir, si es flexible y con potencial, es aprovechable en otras áreas; el que no lo es, es desechado.

La demanda está estancada y parece un problema más de la ecuación. En mi opinión va a cambiar. La tecnología ha enseñado otro mundo a los países menos ricos y quieren participar. Ahora se están produciendo desajustes como en el trabajo durante la Revolución Industrial. La presión, que es imparable, hará que poco a poco se acople la incorporación de más gente y aumente la demanda. La gestión de esta transición será clave para dirimir si esta es traumática o no.


Hay muchos otros aspectos como las inversiones, su coste, su amortización… parece técnico pero es clave para no equivocarse a la hora de tomar decisiones de compra en tecnología y ser productivos, eficientes y eficaces. Hay tecnologías que pueden no serlo. Otros aspectos quedan en el tintero por no alargar.

No podemos dar la espalda a la tecnología y ser unos “luditas”. Cuidado con los miedos, los cambios crean nuevas necesidades, nuevos oficios y nuevas oportunidades. Tenemos que encontrar soluciones para aprovechar mejor nuestros recursos y tratar mejor a nuestro planeta, soluciones para ser más flexibles y adaptarnos mejor a los cambios sin tener costes asociados como los sociales, soluciones para que la calidad de vida de las personas mejore ¿Para qué queréis que sirva la rueda?


Diego Lias

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