miércoles, 22 de octubre de 2014

CÓDIGO DE SILENCIO


Enron, Bankia, Gowex, Afinsa, España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Islandia… De grandes empresas a pequeñas. De países de “primera línea” a países “en desarrollo”. ¿Qué pasa con la gestión y las auditorías? ¿Cómo es posible que no se descubran antes los casos de corrupción, malas prácticas o mala gestión? ¿Cómo se llega a hacer la enorme bola en la que se convierten? Con la nueva normativa penal ¿Cómo pueden los administradores protegerse de que se desarrollen estas prácticas sin su conocimiento?

Empecé a trabajar con la anterior crisis de los 80. De verdad me sorprende escuchar lo escandalizada que está la gente de todo lo que está saliendo en prensa. No hablo de política, hablo del mundo de la empresa. He visto desde pequeños robos a grandes robos, de gente en la base a gente en la cúspide. Malas prácticas, interesadas y en contra de los accionistas. Cosas mal hechas pero que arriba no se querían saber. Cosas mal hechas pero que arriba no se tenían que enterar. Huidas hacia delante que hacía que todo terminara peor que si se hubiera asumido los errores al principio. No continúo. El que no ha visto nada, a todos los niveles, no ha estado en el mundo. No hace tanto, las personas honradas y que decían las cosas eran tildadas de tontas y molestas. No pensemos que las cosas han cambiado. Ahora hay que parecer bueno, ha llegado el puritanismo. Una capa de hipocresía para ocultar la verdad. Vamos a hacer normas para evitar que todo esto vuelva a pasar. Enron 2001, salen las SOX en 2002. Si pasa algo luego… “¡Eh! Yo puse la norma, luego no la han querido aplicar”. Creo que desde el 2001 hemos seguido teniendo escándalos.

Las malas prácticas no pueden llegar lejos si no se tiene colaboradores. El mayor colaborador, EL CÓDIGO DE SILENCIO. “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio” Cicerón.  Muy pocos han sido los que se han atrevido a decir lo que estaba bien y lo que está mal. Claro, ¡como que podías decir algo!, te jugabas el tipo. Verdaderos códigos de silencio, como en las películas policiacas, en los que el que se salía, era castigado. Como mucho, podías ser el “poli” marginado que no aceptaba sobornos. ¿Cobardes? Es fácil decirlo, fulano o mengano deberían haber dicho “no”. Es cierto, deberían haber dicho “no” como Gary Cooper en “Sólo ante el peligro”. ¿Nos hemos asegurado de evitar este clima, poner medidas para controlar que no pasara, hacer que funcionaran de verdad? No todo el mundo es fuerte como Gary Cooper y hay que protegerles.  Somos culpables, aunque hayamos dicho “no”, si no hemos hecho nada para evitar lo que pasaba a nuestro alrededor. Entonces… ¿Quién y cómo debemos fomentar un clima sin malas prácticas?
  • Todos somos los responsables. Cuanto más arriba, más responsable, porque tu poder de actuación es mayor.
  • La selección del personal y su evaluación es una de las claves. Muchos accionistas no son conscientes de la importancia que tienen los valores y la actitud de las personas seleccionadas en la protección de sus intereses. En general nos preocupamos más de la aptitud. Las evaluaciones posteriores son importantes. Hay gente con dos caras, una para mirar para arriba y otra para mirar para abajo. Funcionan por intereses personales. Una buena persona no genera ni consiente malas prácticas.
  • Fomentar la comunicación real en la empresa. El personal en general debe saber porqué se hacen las cosas, ser capaz de pensar, permitírsele hacer preguntas y aportar ideas. Si no se tienen en cuenta, deben explicarse los motivos, para que aprenda y mejore su pensamiento… Generará un clima en el que las malas prácticas tienen un terreno difícil para arraigar al basarse en códigos de silencio. Necesitan el oscurantismo.
  • Procedimientos, controles, métodos de supervisión. Deben ser diseñados para el objetivo que se persigue. Será apoyado su control y funcionamiento por todos los niveles. Los propios accionistas son los que deben exigir el diseño específico de los sistemas. Las normativas generales como las SOX están bien si se implementa y se adaptan para ejercer un control real. Personal externo especializado deberá evaluar el diseño de los procesos, si los accionistas y administradores no se sienten capacitados, y evaluarán su cumplimiento. No deben realizarse para “cubrir el expediente” son para asegurarse de que las cosas se hacen bien y según lo consensuado como correcto. Es bueno que, al menos una vez al año, no sólo veamos cómo se trabaja, sino que se planteen mejoras sobre lo ya implantado. Tomar consciencia de su importancia en todos los niveles, es crucial.
  • El premio y el castigo. Valorad a la gente buena delante de todos. Conseguiréis que estén a gusto con vosotros y será ejemplo de recompensa  para los demás. El castigo, en casos graves o menores reiterados, también es ejemplo. Tiene efecto disuasorio sobre los que pensaran hacer algo mal. La ley tiene a la policía y los jueces para proteger a los justos.

Si queremos cambiar las cosas, dejemos de criticar y decir “se debería hacer…” Pongámonos manos a la obra cada uno en nuestro entorno. Romped los códigos de silencio. Exponed con cabeza vuestras ideas. Siempre en positivo, ofreciéndoos para trabajar y saliendo en ayuda de quien intenta mejorar. Dad ejemplo… No os paréis en la empresa. El acoso, los malos tratos, el aislamiento social… son caras de la misma moneda. “No me preocupan los gritos de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los de sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos” Martin Luther King

Diego Lias

2 comentarios:

  1. ¡Muy bien Diego!. Un extraordinario artículo: valiente y actual.
    Qué razón tienes en que es culpa de todos; unos por acción y otros por omisión.
    En política, tenemos el ejemplo de Cataluña. Todos callados aunque se caiga el mundo. Nadie se compromete por temor. Luego todo serán lamentaciones y echarle la culpa a los demás, como siempre. EL CÓDIGO DE SILENCIO FUNCIONA POR LA COBARDÍA.

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  2. Muy honesto; un artículo que rezuma verdad. Y la última cita, espeluznante.
    Vemos tales cosas en la selva de la empresa! Y luego, de a poquito, todos, por acción u omisión, caemos en el mismo pozo. Asomados algunos, pero sintiendo ya el vértigo.
    Felicidades Diego.

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