domingo, 5 de octubre de 2014

SUCESIÓN


Felipe VI, Ana Botín, Dimas Gimeno. Nombres aparecidos en prensa en los últimos meses que nos traen una palabra a la mente, SUCESIÓN. Si creéis que esta palabra no tiene nada que ver con vosotros, resto de mortales, es posible que estéis confundidos.

La sucesión de Felipe VI, no necesita comentarios. Dimas Gimeno, es el tercer sobrino por parte de hermana de Isidoro Alvarez, que a su vez era el hijo del primo de Ramón Areces. Ana Botín, hija mayor de seis hermanos, toma el testigo de su padre Emilio Botín, que a su vez lo tomó de su padre del mismo nombre y de una larga saga.  Son ejemplos de sucesiones ordenadas y entendemos que planificadas. Pero la sucesión de mi barbero (Rafael), que pasó el testigo a uno de sus empleados (Miguel) y otros muchos casos que tenemos cada uno en nuestros barrios o en nuestras familias, son también ejemplos de sucesiones ordenadas y planificadas. Según el “Retrato de las PYME de 2014” elaborado por el Ministerio de Industria, casi 1.7 millones de empresas son de un solo trabajador. Con más de uno hasta nueve, son 1.3. Entre ellas podemos encontrar desde las dedicadas a instalaciones eléctricas a bufetes de abogados. No son sólo grandes empresas o reyes los que se plantean las sucesiones. No sólo les afecta a ellos, afecta a los empleados y a las familias. Es más, la sucesión hay que planteársela también en el puesto de trabajo por cuenta ajena, y en más sitios.

Durante el reinado de Isabel la Católica se instauró el “mayorazgo” mediante las Leyes de Toro en 1505, el primogénito lo heredaba todo. Su objetivo fue evitar el fraccionamiento por litigios sucesorios, y mantener el poder económico y militar, consiguiendo que los nuevos proyectos fueran viables, estables y permanentes. Recordemos que la fuerza, o el mostrar fortaleza, era importante en un reino fronterizo en guerras constantes. Las empresas también viven en el mundo fronterizo. Aquí no está en cuestión la herencia, es independiente. La cuestión es quién queda al mando. Una cabeza visible, con formación y fuerza para acometer los nuevos retos, y mostrar una continuidad y estabilidad. Capaz de evitar que la incertidumbre y otros factores devoren al negocio. El tiempo pasa, pero el mundo, no cambia.

Las consecuencias de una sucesión no planificada o que se tuerce, terminan en desastre. Los ejemplos en la Historia son casi los acontecimientos más mencionados, habitualmente referenciados a guerras y épocas de gran inestabilidad. Pero también el arte, en todas sus facetas, ha tratado la sucesión. Hamlet, os recuerdo que está en el género de “Tragedia”, tiene como argumento e hilo conductor la sucesión, con todas las bajezas humanas que giran a su alrededor. Son tan universales y vigentes que ha llegado a nuestros días manteniendo toda su fuerza en los planteamientos. El análisis es infinito, pero quedémonos con algo tan profundo como que: “aquí muere hasta el apuntador” ¡Pobre Dinamarca!

Bajezas humanas, como la sucesión sobrevenida por “Golpe de estado”. Estando tranquilamente sentados en su sillón, algunos reyes se han visto traicionados hasta por sus propios hijos. En algunos casos han llegado al parricidio. En otros casos, y he de decir que en nuestros días es una forma muy común de quitarse de en medio al de arriba, por declararlos incapaces (sin serlo, que puede haber casos legítimos). Podríamos pensar que Juana, la hija de Isabel y Fernando, obtuvo su sobrenombre de “Loca” porque quisieron hacer creer que lo estaba para “quitársela de en medio” ¿quién sabe? Hubo mucho más que locura y sí muchas intrigas e intereses (Castellanos, Aragoneses (su propio padre), Ingleses y Austriacos) Hemos visto en prensa casos de juntas celebradas en un coche por motivos como los mencionados y otros similares. En todos ellos, siempre hay una “justificación” que suele ser de “salva patrias” para obtener el poder. 

Hay muchas cosas que plantearse para planificar la sucesión. Existen empresas que se dedican a hacer planes de sucesión, tenéis libros a vuestra disposición, el Estado ha editado para PYMES, que yo sepa, al menos uno. La preocupación estatal es importante porque es un hecho que es una causa de destrucción de empleo de relevancia. Con los números mencionados antes, si añadimos que en Madrid el 90% de las empresas familiares se hunden con los nietos, parece claro. De todos los factores de la planificación, destacaría la formación y ganas del sucesor. No tiene por qué ser el hijo/a. El caso del Sr. Gimeno es un ejemplo, aunque sí debe ser alguien de total confianza. Desde mi punto de vista, es la piedra angular. Personas poco preparadas, que están al mando o en un puesto relevante, sólo por ser familia, es uno de los muchos errores. La motivación, el que hagas que tu hijo termine al mando del negocio de ventas de tractores, cuando él lo que siempre ha querido es criar caballos, puede ser otro error.

¡Resto de mortales!, asalariados como yo. Las posibilidades de verte metido en una o varias sucesiones, son altísimas (por los números mencionados). ¡Cuidado con los ríos revueltos! Lo fundamental es mantener la calma y no fomentar los “chismorreos”. La estabilidad es básica y será nuestra guía durante el proceso. No sólo no la perjudiqueis, fomentadla, haced fácil la transición, la supervivencia de la empresa depende de ello. Si hay lucha de poder, intentad trabajar para el accionista genérico, buscad lo mejor para él. Procurad que la “guerra” sea entre accionistas y que esté al margen del funcionamiento de la empresa. Conseguir esto, es muy complicado. Es muy fácil que, aunque no lo queráis, os veáis involucrados y en momentos de fuertes tensiones y presiones. Sed éticos y obrad según los intereses generales, no los vuestros, o los de un tercero parcial. Requerirá que os preguntéis constantemente cuando toméis decisiones, porque todos somos humanos y tiramos para nuestro beneficio. Si la empresa se salva y todo sale bien, os sentiréis orgullosos; y si termináis en la calle, también. Sabréis que habéis hecho cuanto estaba en vuestra mano de una forma profesional y ética. Alguno puede que te llame tonto por no haber pensado en ti. En mi opinión, y es sólo mi opinión, el pensar que he pisado y matado sólo para sobrevivir, trabajado para que llegara el final de la empresa o hacer algo ilegal (que en estas situaciones hay tentaciones de este tipo), me haría un desgraciado. No hay nada que valga lo suficiente para ir a la cárcel o perder tu alma. Un amigo me dijo una vez, “mejor en el paro que en la cárcel”. El mundo no se acaba, aunque lo parezca.

Nadie está libre de cambiarse de trabajo, que le cambien, caer enfermo o incluso de morir. Todos podemos ser sucedidos. Vuestras cosas tienen que estar ordenadas en todos los sentidos. Me he encontrado con muchas personas que eran “cuellos de botella” en su empresa. Normalmente se creen imprescindibles de esta manera, con el puesto asegurado. En realidad son una lacra, no lo seáis. Tu valor no está en que nadie más lo sepa hacer, está en que nadie más lo sepa hacer tan bien como tú, que nadie aporte todo lo que tú aportas. Si alguien de mi personal cae enfermo, hay otra persona que lo sabe hacer. Tendrá que tirar de apuntes y será más lenta, pero no nos paramos todos. Sed también ordenados en vuestra vida personal, todos tenemos personas que dependen de nosotros y nuestra responsabilidad con ellos, va más allá de la muerte. Es muy triste ver ciertos casos. Si te importan los tuyos, no querrás que pasen por ello. Ya será bastante el no contar contigo.

Bueno, el que no se hable de las cosas, no quiere decir que no van a pasar. Mucha gente no toma decisiones por miedo y esperan que se soluciones solas. Sé que en este tema, es mucho más común el no pensar en ello y no tomar decisiones porque trata de cuando no estemos, o por jubilación o por cosas peores. Tenemos una gran responsabilidad, como he dicho “más allá de la muerte”. Con la sociedad, por la pérdida de puestos de trabajo; con la empresa, por su supervivencia; con los empleados, porque eres el sustento de su familia; con los accionistas por su inversión; y con nuestra familia, porque les queremos. Tomad decisiones.

Diego Lias












2 comentarios:

  1. Hola Diego!
    Lo que tú llamas SUCESIÓN, yo lo llamo RELEVO GENERACIONAL. Ambos se refieren a la continuidad de un proyecto de vida empresarial o personal que permita aprovechar las experiencias obtenidas a lo largo del tiempo; no obstante, deberemos admitir que quienes nos releven, lo harán con su estilo propio y de acuerdo con las cambiantes circunstancias sociales y empresariales que se vayan produciendo. Mi hijo dirigirá mi empresa muy bien preparado, y como tu dices, con ganas, pero soy consciente de que lo hará con la fuerza que le da su juventud y preparación, pero a su estilo. Yo, aunque sienta la tentación, no influiré en sus decisiones, salvo que me pida mi opinión. Él llevará el timón de la nave.

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    1. Hola
      Muy bien dicho. Ni un pero que poner a todo lo que has expuesto. Entiendo que tu hijo comparta tu pasión, en cuatro líneas has trasmitido mucha pasión y eso se contagia. Estoy convencido que tu hijo te pedirá consejo, como bien has dicho, cuando te lo pida, dáselo. La experiencia también es un grado. Había un consejero mayor de una empresa en la que estuve que parecía no escuchar y estar casi dormido. En una discusión sobre la puesta en marcha de una fábrica pareció despertar. Dijo “la puesta en marcha no se podrá realizar a tiempo porque fallará alguno de los suministros básicos si no se vigila”. Pareció una tontería, pero la fábrica no pudo ponerse en marcha a tiempo por no tener suministro de agua.

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