Marta es una niña de 5 años a la
que le gusta jugar con su osito de peluche, le pone inyecciones, le toma la
temperatura y le da su jarabe mientras dice “tranquilo, te vas a poner bueno”.
Isabel su amiga también tiene su osito, pero la tiene muy disgustada, se porta
mal constantemente, siempre le tiene que regañar en sus juegos. Muchas veces le
castiga y le dice cosas como “Eres un oso malo, nunca haces nada bien. Como
sigas así te castigo o te pego”. Marta e Isabel son niñas que imitan lo que
ven. Juegan y aprenden con lo que hacen sus referentes y ejemplos (padres,
hermanos, abuelos, profesores). Morris West decía que “el ejemplo es la lección
que todos los hombres pueden leer”, llega a cualquiera. No hace falta ser listo
o tonto, culto o iletrado, pobre o rico, joven o mayor…todos lo captamos
enseguida. Tampoco hace falta que seamos niños para que los demás nos influyan
con su ejemplo o ser padres para influir sobre los demás.
Te asomas a los medios de
comunicación y todos los días hay algún mal ejemplo. Algunos llevan años, lo
que pasa es que no se sabía a nivel general. Casos de corrupción siempre los
habrá, pero si vivimos entre malos ejemplos, es más fácil que pase a ser lo
normal y no lo anecdótico. Empecé a trabajar hace 20 años, he visto muchas
empresas e instituciones públicas. He visto empresas en las que departamentos
enteros robaban, incluso ya no distinguían que fuera incorrecto, había pasado a
ser algo normal. El que el jefe robara, había hecho aceptable que robaran casi
todos, “si él lo hace, yo no voy a ser tan tonto como para no aprovecharme”.
Como el jefe lo hacía, cuando veía que las personas a su mando lo hacían, ¿con
qué autoridad moral les decía que no lo hicieran? La corrupción y el mal ejemplo
se extendía y los que eran honrados, por miedo, permanecían callados o haciendo
lo que debían pero arrinconados por hacerlo. He visto reírse a funcionarios de
compañeros que hacían su trabajo, los “pringaos” como ellos les llamaban, mientras
ellos se largaban a “escaquearse”. El no hacer lo que se debe hacer, es también
un mal ejemplo y otra forma de robar. También lo he visto en la empresa
privada. Me hace gracia ver a gente criticar a unos o a otros cuando ellos
mismos de una forma o de otra también lo hacen ¿con qué autoridad moral criticamos
a veces?
Parece que sólo se ven malos
ejemplos, pero no es cierto. El mundo está lleno de buenos ejemplos. ¿No será
que lo malo parece ser más visible, o nos lo enseñan más porque vende más? Me
gustaría deciros que la sociedad premia los buenos ejemplos, de verdad que me
gustaría. En cierto modo lo hace, pero es tantas veces discutible… Hay
empresarios del año, políticos a los que ponen su nombre a una calle o que han
sido “Hijos predilectos” de algún sitio, que terminan con juicios o escándalos.
En el deporte, ganadores de medallas de oro o de Tours despojados de sus
títulos por hacer “trampa”. No es que no fueran ejemplo en su momento, la
realidad es que nos han defraudado porque su fachada era mentira y detrás, lo
que había no era real. Los buenos ejemplos son miles de cosas que nos rodean y
que hay que fijarse un poco para verlos, pero ocurren todos los días. Os dejo
un video sobre gente haciendo cosas buenas por los demás, en cadena. Hay muchos
videos de este estilo en internet, pero suelen ser de los que uno hace a otro
algo bueno y este al siguiente, siguiendo la cadena. Éste, aunque parezca
similar, no lo es. Tiene una diferencia importante. En este alguien hace algo
bien, otro lo ve y le motiva para hacer el bien a otra persona, y todos son
pequeñas cosas. Pinchar: Cosas pequeñas ejemplares que motivan a otros
Hay gente incluso que su vida
entera ha sido un ejemplo. Cuando se les reconoce, aunque les pueda gustar, coinciden
en que el reconocimiento no es lo que motivó su vida, ni jamás esperaron dicho
reconocimiento. El buen ejemplo se transmite, no por dar buen ejemplo en sí,
sino por hacer lo que se considera que es correcto, honorable. El que sea
visible y se convierta en ejemplo a seguir, es una consecuencia.
Cuando algo es importante, la
gente habla sobre ello. Confucio “Pobre de aquel cuyas palabras sean mejores
que sus actos". Aristóteles al hablar del “Ethos” en su discurso, venía a
decir que no es lo importante lo que se diga, lo que da credibilidad al
discurso es de quien provenga (si su vida ha sido ejemplar o no). Albert
Einstein “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás,
sino la única manera”. En las diferentes teorías del liderazgo actual, es una
constante como fuente de motivación… Quizás hablar de ejemplo sea importante.
El ejemplo es una forma muy
poderosa de transmitir valores y educar, positivos o negativos. Los que
presencian el ejemplo se inclinarán a imitarlo. Si el ambiente premia un tipo
de ejemplo y castiga otro, se reforzará al que premia y retraerá el que se
castiga. Si premia socialmente al que va a “escaquearse” y castiga al que
trabaja al discriminarle, pocos trabajarán. Por el contrario, si se premia el
esfuerzo (pongamos el ejemplo de Nadal en el deporte, ganador de tantos torneos a pesar de todas las
lesiones) hará que la gente vea el esfuerzo como algo a imitar para conseguir el
éxito.
El ejemplo positivo es tan
poderoso que cuando alguien lo presencia y está haciendo algo negativo, genera
un sentimiento insoportable que le hace retirarse o cambiar, avergüenza al que
lo ha hecho mal.
El ejemplo es un arma poderosa
cuando lideras un equipo, es lo que faculta moralmente al líder a pedir que se
hagan las cosas, aumenta el respeto, el compromiso, el aprendizaje, el
rendimiento…
El ejemplo no sólo transmite una
idea sobre ti, la transmite sobre el grupo al que perteneces o en el que te
encasillan los demás. Si estás dando ejemplo, la gente tiende a generalizar y
decir “Es que los políticos; jóvenes; hombres; mujeres; los de esta empresa o
aquella; los de esta nación o aquella; ésta o aquella religión, los que llevan
los calcetines de lunares… son…(pon cualidades buenas o malas)”. Aquellos que
vean lo que haces, asumirán que lo hace el grupo al que perteneces. Tan
poderoso como que la imagen que das como empleado, es la que transmites sobre
tu empresa, o la que das en el extranjero, es la que transmites sobre los
Españoles.
Todos somos ejemplo para alguien.
¿De qué tipo de valores quieres ser ejemplo? Está en tus manos con cada acción
que realizas cada día. Las pequeñas y las grandes. Todo el mundo nos mira, nos
observa y toma nota, aunque pienses que no. Eres el responsable de lo que
transmites, no solo de ti, sino del grupo al que perteneces. Eres responsable
de si influyes de forma positiva o negativa sobre los demás. Eres responsable
de premiar o rechazar los buenos y los malos ejemplos…
Seamos todos BUEN ejemplo.
Diego Lias
El buen ejemplo es molesto para algunos, que tratan de derribar la imágen del individuo ejemplar, poniendo trabas en su camino, algunas perversas.
ResponderEliminarEl individuo ejemplar, al actuar como le dicta su conciencia, tiene una vida tranquila asegurada, en el terreno personal; tiene que tener una gran fuerza de carácter para luchar con los vagos, maleantes y gente de mal vivir que siempre tratan de derribarle para justificarse.
Para mí, una persona ejemplar es un héroe en la vida cotidiana.
Para mi también una persona ejemplar es un héroe. No es fácil hacer lo correcto en muchas ocasiones. La vida tranquila la tiene asegurada en su conciencia, pero no en el resto. Como bien has dicho, si vives en un ambiente que castiga el buen ejemplo, sufres presiones para no hacer lo correcto. Si conseguimos que el ambiente cambie donde estamos, serán los que hagan las cosas mal los excluidos si no cambian, y los que sufrirán las presiones para no hacer cosas mal. En teoría La Ley busca este objetivo.
Eliminarel buen ejemplo es molesto para algunos porque hace resaltar el malo.
ResponderEliminarla actuación de los individuos ejemplares los convierte en "apestados" por parte de sus compañeros acomodaticios al "órden establecido".
normalmente se arriman al mal ejemplo porque les es más rentable.
Contesto en parte en el anterior comentario. Dos comentarios adicionales:
EliminarNo todos los ambientes castigan el buen ejemplo, depende de la sociedad, de la organización y del grupo. Por ejemplo y en lo que tengo cerca, en mi familia, en mi departamento, entre mis amigos y otros grupos que conozco, no se premia el mal ejemplo, estoy seguro que tu conoces unos cuantos más y otros lectores también. Hay mucha gente buena. Lo importante es que este ambiente se extienda
Es interesante lo que pones de la gente que se arrima al mal ejemplo por ser rentable. Creo que siempre hay un grupo de gente que va al sol que más calienta y es muy numeroso, el inclinar la balanza a que el ambiente sea de buenos ejemplos no es utópico por esto, en cuanto se inclina un poco la balanza y estas personas ven que no se premian las malas conductas y si las buenas, cambian de bando y entonces el ambiente cambia con claridad. (lástima que no cambien de bando por convencimiento)
Abundando en los anteriores comentarios, creo, que como bien dices, el ejemplo es la base de la educación de una persona. Por ello, es determinante el medio en el que se desarrolla esa educación y la actitud permisiva de los educadores. Donde no hay disciplina y sacrificio, a mi entender, no se produce la ejemplaridad.
ResponderEliminarCreo que la gente que más conocimientos tiene sobre un tema, no solo los adquiere por estudio, que también. Los adquiere por la experiencia y no hay nada que enseñe más que lo que sale mal. El juez de menores de Sevilla Emilio Calatayud por lo comentado es un experto. Os dejo un link http://www.revistaesfinge.com/sociedad/buenas-noticias/item/716-15emilio-calatayud-el-juez-de-las-sentencias-ejemplares.
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