lunes, 11 de agosto de 2014

EJEMPLO


Marta es una niña de 5 años a la que le gusta jugar con su osito de peluche, le pone inyecciones, le toma la temperatura y le da su jarabe mientras dice “tranquilo, te vas a poner bueno”. Isabel su amiga también tiene su osito, pero la tiene muy disgustada, se porta mal constantemente, siempre le tiene que regañar en sus juegos. Muchas veces le castiga y le dice cosas como “Eres un oso malo, nunca haces nada bien. Como sigas así te castigo o te pego”. Marta e Isabel son niñas que imitan lo que ven. Juegan y aprenden con lo que hacen sus referentes y ejemplos (padres, hermanos, abuelos, profesores). Morris West decía que “el ejemplo es la lección que todos los hombres pueden leer”, llega a cualquiera. No hace falta ser listo o tonto, culto o iletrado, pobre o rico, joven o mayor…todos lo captamos enseguida. Tampoco hace falta que seamos niños para que los demás nos influyan con su ejemplo o ser padres para influir sobre los demás.

Te asomas a los medios de comunicación y todos los días hay algún mal ejemplo. Algunos llevan años, lo que pasa es que no se sabía a nivel general. Casos de corrupción siempre los habrá, pero si vivimos entre malos ejemplos, es más fácil que pase a ser lo normal y no lo anecdótico. Empecé a trabajar hace 20 años, he visto muchas empresas e instituciones públicas. He visto empresas en las que departamentos enteros robaban, incluso ya no distinguían que fuera incorrecto, había pasado a ser algo normal. El que el jefe robara, había hecho aceptable que robaran casi todos, “si él lo hace, yo no voy a ser tan tonto como para no aprovecharme”. Como el jefe lo hacía, cuando veía que las personas a su mando lo hacían, ¿con qué autoridad moral les decía que no lo hicieran? La corrupción y el mal ejemplo se extendía y los que eran honrados, por miedo, permanecían callados o haciendo lo que debían pero arrinconados por hacerlo. He visto reírse a funcionarios de compañeros que hacían su trabajo, los “pringaos” como ellos les llamaban, mientras ellos se largaban a “escaquearse”. El no hacer lo que se debe hacer, es también un mal ejemplo y otra forma de robar. También lo he visto en la empresa privada. Me hace gracia ver a gente criticar a unos o a otros cuando ellos mismos de una forma o de otra también lo hacen ¿con qué autoridad moral criticamos a veces?

Parece que sólo se ven malos ejemplos, pero no es cierto. El mundo está lleno de buenos ejemplos. ¿No será que lo malo parece ser más visible, o nos lo enseñan más porque vende más? Me gustaría deciros que la sociedad premia los buenos ejemplos, de verdad que me gustaría. En cierto modo lo hace, pero es tantas veces discutible… Hay empresarios del año, políticos a los que ponen su nombre a una calle o que han sido “Hijos predilectos” de algún sitio, que terminan con juicios o escándalos. En el deporte, ganadores de medallas de oro o de Tours despojados de sus títulos por hacer “trampa”. No es que no fueran ejemplo en su momento, la realidad es que nos han defraudado porque su fachada era mentira y detrás, lo que había no era real. Los buenos ejemplos son miles de cosas que nos rodean y que hay que fijarse un poco para verlos, pero ocurren todos los días. Os dejo un video sobre gente haciendo cosas buenas por los demás, en cadena. Hay muchos videos de este estilo en internet, pero suelen ser de los que uno hace a otro algo bueno y este al siguiente, siguiendo la cadena. Éste, aunque parezca similar, no lo es. Tiene una diferencia importante. En este alguien hace algo bien, otro lo ve y le motiva para hacer el bien a otra persona, y todos son pequeñas cosas. Pinchar: Cosas pequeñas ejemplares que motivan a otros

Hay gente incluso que su vida entera ha sido un ejemplo. Cuando se les reconoce, aunque les pueda gustar, coinciden en que el reconocimiento no es lo que motivó su vida, ni jamás esperaron dicho reconocimiento. El buen ejemplo se transmite, no por dar buen ejemplo en sí, sino por hacer lo que se considera que es correcto, honorable. El que sea visible y se convierta en ejemplo a seguir, es una consecuencia.

Cuando algo es importante, la gente habla sobre ello. Confucio “Pobre de aquel cuyas palabras sean mejores que sus actos". Aristóteles al hablar del “Ethos” en su discurso, venía a decir que no es lo importante lo que se diga, lo que da credibilidad al discurso es de quien provenga (si su vida ha sido ejemplar o no). Albert Einstein “dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, sino la única manera”. En las diferentes teorías del liderazgo actual, es una constante como fuente de motivación… Quizás hablar de ejemplo sea importante.

El ejemplo es una forma muy poderosa de transmitir valores y educar, positivos o negativos. Los que presencian el ejemplo se inclinarán a imitarlo. Si el ambiente premia un tipo de ejemplo y castiga otro, se reforzará al que premia y retraerá el que se castiga. Si premia socialmente al que va a “escaquearse” y castiga al que trabaja al discriminarle, pocos trabajarán. Por el contrario, si se premia el esfuerzo (pongamos el ejemplo de Nadal en el deporte,  ganador de tantos torneos a pesar de todas las lesiones) hará que la gente vea el  esfuerzo como algo a imitar para conseguir el éxito.

El ejemplo positivo es tan poderoso que cuando alguien lo presencia y está haciendo algo negativo, genera un sentimiento insoportable que le hace retirarse o cambiar, avergüenza al que lo ha hecho mal.

El ejemplo es un arma poderosa cuando lideras un equipo, es lo que faculta moralmente al líder a pedir que se hagan las cosas, aumenta el respeto, el compromiso, el aprendizaje, el rendimiento…

El ejemplo no sólo transmite una idea sobre ti, la transmite sobre el grupo al que perteneces o en el que te encasillan los demás. Si estás dando ejemplo, la gente tiende a generalizar y decir “Es que los políticos; jóvenes; hombres; mujeres; los de esta empresa o aquella; los de esta nación o aquella; ésta o aquella religión, los que llevan los calcetines de lunares… son…(pon cualidades buenas o malas)”. Aquellos que vean lo que haces, asumirán que lo hace el grupo al que perteneces. Tan poderoso como que la imagen que das como empleado, es la que transmites sobre tu empresa, o la que das en el extranjero, es la que transmites sobre los Españoles.

Todos somos ejemplo para alguien. ¿De qué tipo de valores quieres ser ejemplo? Está en tus manos con cada acción que realizas cada día. Las pequeñas y las grandes. Todo el mundo nos mira, nos observa y toma nota, aunque pienses que no. Eres el responsable de lo que transmites, no solo de ti, sino del grupo al que perteneces. Eres responsable de si influyes de forma positiva o negativa sobre los demás. Eres responsable de premiar o rechazar los buenos y los malos ejemplos…

Seamos todos BUEN ejemplo.

Diego Lias





6 comentarios:

  1. El buen ejemplo es molesto para algunos, que tratan de derribar la imágen del individuo ejemplar, poniendo trabas en su camino, algunas perversas.
    El individuo ejemplar, al actuar como le dicta su conciencia, tiene una vida tranquila asegurada, en el terreno personal; tiene que tener una gran fuerza de carácter para luchar con los vagos, maleantes y gente de mal vivir que siempre tratan de derribarle para justificarse.
    Para mí, una persona ejemplar es un héroe en la vida cotidiana.

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    1. Para mi también una persona ejemplar es un héroe. No es fácil hacer lo correcto en muchas ocasiones. La vida tranquila la tiene asegurada en su conciencia, pero no en el resto. Como bien has dicho, si vives en un ambiente que castiga el buen ejemplo, sufres presiones para no hacer lo correcto. Si conseguimos que el ambiente cambie donde estamos, serán los que hagan las cosas mal los excluidos si no cambian, y los que sufrirán las presiones para no hacer cosas mal. En teoría La Ley busca este objetivo.

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  2. el buen ejemplo es molesto para algunos porque hace resaltar el malo.
    la actuación de los individuos ejemplares los convierte en "apestados" por parte de sus compañeros acomodaticios al "órden establecido".
    normalmente se arriman al mal ejemplo porque les es más rentable.

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    1. Contesto en parte en el anterior comentario. Dos comentarios adicionales:
      No todos los ambientes castigan el buen ejemplo, depende de la sociedad, de la organización y del grupo. Por ejemplo y en lo que tengo cerca, en mi familia, en mi departamento, entre mis amigos y otros grupos que conozco, no se premia el mal ejemplo, estoy seguro que tu conoces unos cuantos más y otros lectores también. Hay mucha gente buena. Lo importante es que este ambiente se extienda
      Es interesante lo que pones de la gente que se arrima al mal ejemplo por ser rentable. Creo que siempre hay un grupo de gente que va al sol que más calienta y es muy numeroso, el inclinar la balanza a que el ambiente sea de buenos ejemplos no es utópico por esto, en cuanto se inclina un poco la balanza y estas personas ven que no se premian las malas conductas y si las buenas, cambian de bando y entonces el ambiente cambia con claridad. (lástima que no cambien de bando por convencimiento)

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  3. Abundando en los anteriores comentarios, creo, que como bien dices, el ejemplo es la base de la educación de una persona. Por ello, es determinante el medio en el que se desarrolla esa educación y la actitud permisiva de los educadores. Donde no hay disciplina y sacrificio, a mi entender, no se produce la ejemplaridad.

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    1. Creo que la gente que más conocimientos tiene sobre un tema, no solo los adquiere por estudio, que también. Los adquiere por la experiencia y no hay nada que enseñe más que lo que sale mal. El juez de menores de Sevilla Emilio Calatayud por lo comentado es un experto. Os dejo un link http://www.revistaesfinge.com/sociedad/buenas-noticias/item/716-15emilio-calatayud-el-juez-de-las-sentencias-ejemplares.

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